lunes, 17 de septiembre de 2012

Matrix y Platón

Mátrix y su filosofía

No muy recientemente salió en los cines una película llamada Matrix. Muchos estamos familiarizados con la película de Matrix, pues se ha vuelto muy famosa desde que salió y han salido una larga serie de continuaciones. Esta película llamó mucho la atención de muchas personas por el tema que presenta: un mundo controlado por máquinas donde el hombre no tiene ni la menor idea de ello, hundido en su mente, conectado a máquinas que controlan sus impulsos cerebrales, así como sus sentidos, vivimos convencidos de que estamos en un mundo que estamos desarrollando, pero hay algo más allá, sólo un grupo de personas vive realmente libre de la Matrix, libres de esta reaidad virtual. Se puede decir que la película Matrix está prácticamente basada en El Mito de la Caverna de Platón.


¿Será verdad?

¿Será verdad que todos estamos cegados por nuestros sentidos? Entonces, ¿Cómo sabemos que estamos cegados si la única manera de conocer las cosas a través de la razón es por medio de los sentidos? Son cosas que no podemos responder. Necesitaríamos tener mucha más información que una película y un mito para descubrir lo que la realidad es. Si nuestros sentidos nos traicionan, ¿En quién más podemos confiar? Si nuestros propios impulsos cerebrales llegaran a ser ficticios, ¿Cómo sabemos lo que no lo es, si ni si quiera podemos confiar en nosotros mismos? Pues en la misma película, el personaje Morfeo se contradice al decir que la realidad no sólo son los sentidos, y al explicar lo que la Mátrix es, concluye diciendo "Yo mismo no lo creía hasta que lo vi con mis propios ojos". ¿Cómo saber cuándo es correcto o no lo que nos indican nuestros sentidos?



 Si no conoces el mito de la caverna, o la película de Matrix, este video te lo puede explicar:



domingo, 2 de septiembre de 2012

¿Por qué, por qué, por qué?

Todo empieza en preguntas

La filosofía ha sido una parte importante del desarrollo de la humanidad a lo largo de la historia, pues basado en ella, se han generado muchas preguntas que se han vuelto las bases de investigaciones y la curiosidad del hombre para así progresar en investigaciones, y por consiguiente, en conocimiento. 

Desde el origen de los tiempos, el hombre se ha generado muchas preguntas basadas en la naturaleza, en cosas de la vida diaria, su origen, su función, cuestionaba todo lo que percibía por medio de sus sentidos. Fue así que comenzaron las creencias religiosas en pueblos y pequeñas civilizaciones, pues se explicaban los desastres naturales, y cosas que no conocían afirmando que se trataba de dioses, y a éstos les creaban nombres y pretendían calmarlos o complacerlos haciendo sacrificios que ellos creían que serían de su agrado.


¿Filósofo yo?

Pues sí, todos alguna vez en nuestras vidas nos hemos hecho preguntas sobre cualquier cosa que sea imposible conocer la respuesta, casi siempre éstas son preguntas sobre religión, sobre la existencia humana, la razón de ser de las cosas, etc.



Intentar responder estas preguntas conlleva a crear otras, y otras y otras. Por eso se necesita tener una mente abierta para tratar de filosofar un poco, no tener restricciones de religión, creencias de otros tipos o de tener una mente cerrada. Se requiere tener en verdad ganas de saber y ganas de en verdad llegar a descubrir lo que sea que este detrás de todas esas preguntas, y si no es posible contestar las preguntass, al menos concluir en algo que esté cercano a la realidad.

Preguntar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, responder...

La filosofía comienza concretamente cuando el hombre en Grecia comienza a ampliar sus pensamientos para satisfacer sus preguntas sin la necesidad de recurrir a credos o argumentos sin sustento. Cuando en el hombre se genera una pregunta, de ésta se desprende otra infinidad de preguntas. 

Muchos de estos hombres son  considerados hasta la fecha grandes pensadores que encontraron la respuesta a muchas preguntas, y a otras preguntas les encontraron razón de ser. También muchos descubrieron que muchas veces, para la mente humana es imposible contestar muchas preguntas, pues no contamos ni con los conocimientos necesarios, ni con la capacidad de responder ciertas cosas, o comprenderlas. 



Una de tantas...

Una de la infinidad de preguntas sin respuesta que intriga al hombre es "¿por qué soy como soy?" o "¿por qué esa persona es como es?". Muchas veces nos parece raro comparar el comportamiento de dos personas que tienen parecidos estilos de vida y aún así son muy diferentes, este tema es a veces muy intrigante, pues si tratamos de comprender el por qué de que estas dos personas sean tan diferentes desde un punto de vista médico, nos toparemos con el estudio de la psicología, el estudio del comportamiento y la manera de pensar de las personas, pero sabemos que el comportamiento humano no es medible con cantidades y números, es por eso que a veces se generan más y más preguntas sobre el comportamiento de las personas, y eso es lo que nos lleva al pensamiento filosófico en esta área. ¿qué habría pasado si tal evento no hubiera pasado en mi vida? o ¿Cómo sería yo sin la presencia de tal persona en mi vida?


No nos es posible conocer al cien por ciento a cualquier persona, incluso a nosotros mismos. No sabremos por más que analicemos cuál sería su reacción bajo cualquier circunstancia, o cómo será esa persona dentro de algunos años, pues e comportamiento de las personas y su manera de ser está constantemente cambiando conforme la persona crece y toma diferentes decisiones, pues tampoco nos es posible saber cuáles decisiones y bajo qué circunstancias tomará en el futuro. Conocer a una persona no es sólo sobre conocer su historia y su pasado, conocer a alguien es saber sobre su forma de ser, su carácter y las razones que tiene al tomar decisiones.

Entonces, ¿No me conozco?

Conocer a una persona, como ya lo dijimos, no se trata de saber exactamente los movimientos que hará cada segundo, sino conocer los motivos por los que ha tomado otras decisiones y los momentos que han marcado su vida, así como las personas que influyan en su vida. Nunca, por más que nos relaten historias sobre otra persona, podremos llegar a conocer a nadie como ellos mismos, así que podemos decir que la única persona que nos conoce somos nosotros mismos, y a la única persona que conocemos bien somos nosotros mismo. Esto es porque nadie nos percibe como lo hacemos nosotros mismos, nadie ve el total de lo que hay en nosotros como cada quien lo puede hacer, ni todo lo que se esconde detrás de cada rostro.